Busco en Google alguna imagen de Pessoa con la que ilustrar la entrada. Termino de teclear "Fernando" y me aparecen cinco opciones: Alonso, Torres, Tejero, Colunga y Esteso. No son estas las que me interesan, pero marco con curiosidad "Colunga" por no saber de quién se trata: actor mejicano de telenovelas. Hilaridad silenciosa frente a la pantalla, faltaría más. Vuelvo atrás y aprieto la P. Ahora sí me sale como primera opción lo que busco. Elijo las figuras repetidas en tres planos a distinta profundidad que ilustran la portada de la última edición de Seix Barral del Libro del desasosiego. Pueden quedar bien a modo de metáfora como peones que pasan de largo junto a la sombra de un rey.
La cita, del nº 13 de la edición de Ángel Crespo:
Leo y soy liberado. Adquiero objetividad. He dejado de ser yo y disperso. Y lo que leo, en vez de ser un traje mío que apenas veo y a veces me pesa, es la gran claridad del mundo exterior, (...).
Leo como quien abdica. Y, como la corona y el mundo regios nunca son tan grandes como cuando el Rey que parte los deja en el suelo, depongo en los mosaicos de las antecámaras todos mis trofeos del tedio y del sueño, y subo la escalinata con la nobleza única de la mirada.
Leo como quien pasa. (...)
Pero me temo que, en la pantomima de hoy, ni claridad ni nobleza.
Y ya ni hablemos de la de mañana.