Cuando uno piensa a qué dedicarse, es inevitable vincular la vocación con una cierta forma de estar en el mundo y de intervenir en él para mejorarlo. La arquitectura parece una actividad propicia en este sentido.
Pero seguramente es la escritura la que nos permite hacerlo con mayor inmediatez, puesto que ayuda a ordenar lo que pensamos, y el mundo tal como lo conocemos sólo se concibe en la medida en que puede ser pensado.
Pero seguramente es la escritura la que nos permite hacerlo con mayor inmediatez, puesto que ayuda a ordenar lo que pensamos, y el mundo tal como lo conocemos sólo se concibe en la medida en que puede ser pensado.
Pero si hay algo en lo que los arquitectos destacan por encima de los demás artesanos del ingenio es en ser capaces de imaginar y diseñar la forma material con que salvar un desnivel entre plantas. He visto a gente inteligente hacerse grandes líos con este tema tan pueril. Seguramente no lo sea tanto. Quizás sea que a mí me gustan demasiado, especialmente sin barandillas. Tendría que pensar en escribir sobre ello.
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Me parece ingrato homenajear a los personajes célebres que se admira sólo después de su fallecimiento, si bien es cierto que no son tantos los que siguen vivos. Niemeyer mejora de su afección renal a los 104 años. Dale Óscar, para ti proyectar una escalera sí que es un juego de niños que resuelves de un solo trazo con un gesto rápido sobre el papel. ¡Y en diciembre 105!